Próxima MADRUGADA: PROXIMAMENTE en 2014 - 8 hs. Parroquia Ntra. Sra. de La Rabida Av. Belgrano 1502 Capital Federal ¡No faltes! te esperamos

domingo, 12 de julio de 2009

BEATOS LUIS Y ZÉLIE MARTIN

Primera fiesta litúrgica de los padres de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz

BEATOS LUIS Y ZÉLIE MARTIN

1858 - 12 de julio - 2009 Beatificados 19-10-2008


''Dios me dió un padre y una madre, mas dignos del cielo que de la tierra''
Sta. Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz


LISIEUX, (ZENIT.org).- El arzobispo de Milán, el cardenal Dionigi Tettamanzi, presidirá, este domingo 12 de julio en Lisieux, Francia, la primera fiesta litúrgica de los ESPOSOS BEATOS LOUIS (1823-1894) y ZÉLIE (1831-1877) MARTIN.

El cardenal Tettamanzi ha invitado especialmente a las familias de su diócesis a que le acompañen a Lisieux para la fiesta de estos dos esposos, padres de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, beatificados conjuntamente el 19 de octubre de 2008.

DIEZ AÑOS DESUÉS DE LA DECLARACIÓN DE SANTA TERESA DEL NIÑO JESUS Y DE LA SANTA FAZ, COMO DOCTORA DE LA IGLESIA - “LA DOCTORA MÁS JOVEN DE LA IGLESIA” – POR SU SANTIDAD JUAN PABLO II.

Este cardenal fue el que inició el proceso para examinar la curación inexplicable de un bebé, Pietro Schilirò, de Monza, aprobado por la congregación romana para las causas de los santos para el proceso de beatificación.

El rector del santuario de Lisieux, monseñor Bernard Lagoutte, también invitó a las familias a participar en esta celebración, con el consejo del padre de Teresa: "Sé feliz".

La misa se celebrará a las 10:30 horas en la basílica del santuario de Lisieux.

La fecha del 12 de julio ha sido escogida para celebrar la fiesta litúrgica de los esposos Martín por ser el aniversario de su boda, en Alençon, la medianoche del 12 de julio de 1858 en la iglesia de Notre-Dame.

Pietro Schilirò, quinto hijo de Valter y Adèle Leo nació el 25 de mayo de 2002 en el hospital Saint-Gérard de Monza, en Italia.

De la sala de partos fue llevado inmediatamente a la unidad de cuidados intensivos por una grave insuficiencia respiratoria. Fue entubado y conectado a un respirador.

El 3 de junio, los médicos le declararon en peligro de muerte.

Sus padres llamaron al padre Antonio Sangalli, carmelita, de Monza, para bautizar a Pietro de urgencia, y así lo hizo.

Con el consentimiento de sus padres, se le realizó una biopsia al bebé el 6 de junio para propiciar un diagnóstico.

Ello implicaba un gran riesgo para el pequeño.

El padre Sangalli propuso entonces a sus padres, que conocía desde hacía años, que rezaran una novena a Louis y Zélie Martin, y ellos aceptaron, pidiendo a numerosos parientes y amigos que se unieran a ellos.

Ellos les dieron el texto de la novena.

Se colgó una imagen de los padres Martin en la cama de Pietro.

El resultado de la biopsia no fue bueno.

Sin embargo, los médicos se sorprendieron al constatar que el niño soportaba la ventilación de los pulmones sin sucumbir.

El doctor D'Alessio, cirujano del hospital de Legnano (Milán), declaró que el examen macroscópico se presentaba en las peores condiciones y que, en su opinión, el estado de Pietro era desesperado.

El doctor Capellini, del hospital de Monza, después de examinar su historial, habló de una malformación congénita debido a una insuficiente maduración pulmonar.

El doctor Zorloni advirtió a la familia Schilirò que el tema tenía un enfoque mortal y que se extraerían muestras post mortem al recién nacido para los exámenes futuros.

La familia y sus amigos comenzaron una segunda novena.

El 13 de junio, tras el rezo del rosario, el padre Sangalli reiteró la petición a Louis y Zélie Martin para hacerles conocer la voluntad de Dios y para curar al niño.

Los médicos observaron mejorías impredecibles hasta el punto de que el 29 de junio, día de la fiesta de San Pedro, se produjo una mejora significativa.

El 2 de julio, se le retiró el respirador al bebé y el 27 abandonó el hospital.

Tenía 33 días.

El 14 de septiembre, Pietro fue llevado a la parroquia de Monza para recibir los ritos complementarios al bautismo en presencia de 400 personas que dieron gracias.

Muchos médicos aconsejaron a sus padres que una comisión de la Iglesia examinara el caso de su hijo.

Del 31 de diciembre de 2002 al 3 de enero de 2003, la familia Schilirò, con Pedro, de siete meses; el padre Sangalli, que se convirtió en vicepostulador de la causa de los esposos, y un grupo de peregrinos italianos fueron a Lisieux a agradecer.

El 10 de junio de 2003 (tras la intervención de decenas de testimonios, entre ellos siete médicos), en la capilla del arzobispado de Milán, el cardenal arzobispo reconoció el origen milagroso de esta curación.

Asistieron el padre postulador carmelita de la causa de los señores Martin, Siméon de la Sagrada Familia; monseñor Angelo Amadeo, instructor del proceso; monseñor Guy Gaucher, obispo auxiliar de Bayeux y Lisieux; la familia Schiliro, con Pietro (de trece meses) y un centenar de personas.

El arzobispo informó a la Congregación para las causas de los santos, y el 7 de julio de 2003, el Papa Juan Pablo II ya había sido informado de ello.

Para que el matrimonio Martin sea canonizado algún día, deberá reconocerse otro milagro realizado por su intercesión, producido después de su beatificación.

El padre Sangalli destacó el desprendimiento de los padres de Santa Teresita que, aun habiendo perdido cuatro hijos, "no por ello se sentían en propiedad de la vida, del futuro, del destino del resto de sus hijos".

Sentían que eran colaboradores de Dios en este designio -recordaba el carmelita en una entrevista concedida a ZENIT el pasado mes de enero-y, ofreciendo el dolor y el sufrimiento, imploraban al Señor: "Somos esposos, somos colaboradores con Dios en la vida, ministros y siervos".

"No se sintieron nunca como propietarios de los hijos -añadía--. No impusieron nada a los hijos.

"Los ejemplos que estos hijos han vislumbrado en los padres han sido un estímulo para su elección de vida, porque veían que el papá y la mamá vivían una experiencia conyugal cristiana radical", opinaba.

Por su parte, Benedicto XVI, en una carta de preparación del VI Encuentro Mundial de las Familias, ha presentado a Marie Zélie Guérin y Louis Martin como "modelos ejemplares de vida cristiana para las familias de hoy".

Los esposos Martín como modelo de santidad

Los padres de Teresa de Lisieux, recordados en la liturgia el día de su matrimonio

Por Miriam Díez i Bosch



************************************


ROMA, (ZENIT.org).- Por primera vez con la beatificación de los esposos Martín -padres de santa Teresa del Niño Jesús-, la Iglesia estableció que la conmemoración de estos esposos sea el día de su matrimonio, y no el de su fallecimiento, como suele suceder.

"Con ello entiendo que la Iglesia desea señalar la importancia de la unión matrimonial como camino de santificación y fuente de elevación de la sociedad", revela a ZENIT la profesora Eva Carlota Rava, argentina y afincada en Roma donde enseña teología espiritual en la Pontificia Universidad Lateranense.

Esta docente, que estuvo en el santuario de Lisieux para la beatificación de Louis Martín y de Zélie Guérin, aclara que los padres de Teresita han sido declarados beatos no por ser padres de una santa, sino por sí mismos y sus virtudes heroicas.

El día de la beatificación coincidió con el DOMUND, el Domingo Mundial de las Misiones, y con el décimo aniversario de la proclamación de Santa Teresita de Lisieux como Doctora de la Iglesia por Juan Pablo II.

Es sólo la segunda vez que un matrimonio es elevado a los altares: el primero fue el de Luigi Beltrami Quatrocchi y Maria Corsini.

Rava es miembro de la Asociación de Vírgenes consagradas de derecho pontificio "Servidoras" – fundadas por el hoy Siervo de Dios Padre Luis María Etcheverry Boneo - y enseña Teología Espiritual en el Seminario de Mercedes-Luján (Argentina).

--¿Qué significa la beatificación de los padres de una joven santa?

--Rava: Ante todo hay que aclarar como ya fue hecho en varias ocasiones que el fundamento de la beatificación de los padres de Teresita, no es la santidad de su hija sino las virtudes heroicas que ellos vivieron en su vida de esposos y padres.

Sin embargo la beatificación de los esposos Martín pone de manifiesto la importancia que tiene el ambiente familiar y la concreta educación dada, para la formación de los hijos, educación integral sellada por la vida de la fe, enseñada sin duda con la palabra pero sobre todo con el ejemplo cotidiano. Si Teresita es como dijo Pío XI "la santa más grande de los tiempos modernos", esto se explica en parte por el padre y la madre extraordinarios que ella tuvo.

--Usted estuvo en Lisieux el día de la beatificación. ¿Qué destacaría de aquel ambiente festivo en comparación con otras beatificaciones a las que ha asistido?

--Rava: Tuve la gracia de poder ir a Lisieux para la beatificación y creo que la alegría de ese día permanecerá para siempre adentro de quienes asistimos a ella. Si bien he participado de otras beatificaciones, fue siempre en Roma. Es la primera vez que puedo asistir a una en el lugar de origen del beato y eso la hizo más cercana. Lo que más me impresionó fue el clima tan familiar de ese día: había gente de muy distintos lugares y continentes, no sólo de Europa sino también de África y de Asia unidos todos por la común devoción a Teresita y a sus padres, así como mucha gente joven y matrimonios con sus chicos. Fue como si fuera la fiesta de una misma y gran familia. A ello se añadió que fue un día radiante, tibio, realmente primaveral como Teresita lo hubiera deseado.

--¿Por qué no hay más santos laicos y casados?

--Rava: En los primeros siglos de la Iglesia había laicos, jóvenes de distintas profesiones, familias reconocidos como santos como Santa Cecilia, su esposo Valeriano y su cuñado, o bien San Vitale y su esposa Santa Valeria con sus hijos Gervasio y Protasio, mártires.

Pero con el transcurso de los siglos si bien la santidad siempre fue una vocación universal, en la práctica pastoral se privilegió la vida retirada del mundo, la práctica de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia y la profesión de los mismos como estado de perfección.

El laico en la medida en que está inmerso en el mundo y tiene obligaciones de carácter temporal, pareció relegado a un cristianismo menos exigente y comprometido.

En la historia de la espiritualidad hay que esperar a San Francisco de Sales y luego a la misma Santa Teresita para que en el orden pastoral la santidad sea cada vez más un llamado universal dirigido a todos y accesible a todos. Esa es la "novedad" del Vaticano II.

A partir del pontificado de Juan Pablo II cada vez más la Iglesia se interesó en promover las causas de los laicos que vivieron su fe cristiana asumiendo en modo heroico todos sus compromisos temporales. Creo que esto explica en parte los pocos santos o beatos laicos.

--¿Qué influencia positiva puede acarrear el modelo del matrimonio Martín, los padres de santa Teresa de Lisieux?

--Rava: En general los beatos y santos son recordados en la liturgia el día de su muerte. Por primera vez con la beatificación de los esposos Martín, la Iglesia estableció que la conmemoración de estos esposos sea no el día de su fallecimiento sino el de su matrimonio. Con ello entiendo que la Iglesia desea señalar la importancia de la unión matrimonial como camino de santificación y fuente de elevación de la sociedad.

Si bien los Martín vivieron en un período histórico y en circunstancias muy distintas a las nuestras, su experiencia nos sirve de ejemplo en muchos aspectos.

Nos enseñan ante todo la verdad de las palabras de Jesús: "Buscad el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura". En efecto, conocieron la felicidad de un amor cristiano esponsal y familiar generoso y profundo y experimentaron la fortaleza necesaria para afrontar todos los sacrificios. Si bien sufrieron la perdida de 4 hijos pequeños, las dificultades y exigencias de un trabajo indispensable para sostener la familia, y graves enfermedades -ella murió de cáncer a los 46 años y su esposo, ya viudo, padeció de arterioesclerosis cerebral-, siempre prevaleció el amor, la confianza y la gratitud entre ellos y para con Dios.

También nos sirve de ejemplo el modo cómo supieron conciliar y encarar las exigencias del trabajo muchas veces agotador, con las de la familia, educando con amorosa y firme dedicación a cada uno de sus hijos y encontrando en la práctica religiosa aliento para superar todos los obstáculos.

Los esposos Martín muestran además que la familia no es un ámbito cerrado sobre sí mismo sino abierto a los demás. A todos los que entraron en contacto con ellos, manifestaron solicitud y ayuda: las obreras que trabajaban para la empresa familiar del "Punto de Alençon", las domésticas, los pobres de la ciudad...Dieron además testimonio de su espíritu cristiano viviendo con patriotismo pero sin odios, y con compasión los duros momentos de la guerra franco-alemana cuando tuvo por escenario Alençon y sus alrededores.

El matrimonio de Luis Martín y Zelia Guérin puede dar luz y fuerza a los esposos y padres cristianos para hacer de su vida matrimonial una fuente de alegría y un camino para santificarse santificando. Dan testimonio que la familia cristiana cuando está animada por el amor recíproco es el ámbito donde cada uno --padres e hijos-- puede crecer y desarrollarse hasta alcanzar la santidad y dar con ello un aporte insustituible a la sociedad y a la Iglesia.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...